Aprovechando la visita turística a la bonita ciudad marinera de Viveiro, decidimos quedarnos a comer en
Se trata de un restaurante que ha adquirido fama y de corte
tradicional en el que desarrollan una buena cocina de autor. Destacan sus
pescados y carnes a la brasa (brasa de verdad, a la vista de los comensales) y
su cordero lechal al horno de leña. Y como no podría ser de otra manera estando
en A Mariña lucense, en la temporada de bonito disponen de diversos platos con
este producto como indiscutible protagonista. La carta de vinos está a la
altura de la gran calidad de sus platos.
Nosotros en esta ocasión pedimos de entrantes pastel de
cabracho y almejas a la marinera y de segundos bonito en salsa de perdiz y
bacalao a la brasa.
Mientras esperamos, tienen
un pequeño detalle a modo de aperitivo para hacer más amena la espera.
De saber el tamaño de los entrantes hubiésemos pedido solo
uno para compartir, y aún así hay que ir con hambre para acabarlos. Planos muy
abundantes y muy sabrosos. Sinceramente, el pastel de cabracho fue el mejor que
he comido nunca y las almejas eran enormes (la foto no le hace justicia pues no
es un plato, es una fuente redonda) y con una salsa marinera exquisita.
Tras la grata satisfacción con los entrantes llegó el turno
de los platos principales. El tamaño enorme, acorde con los anteriores. Todo
muy rico y con una presentación muy cuidada, como podéis apreciar en las fotos.
Destacar el contraste del bonito fresco con la salsa de perdiz, exquisito.
Insisto en que en las fotos de tamaño no parecen tanto porque parece que estén
servidos en platos normales, pero el tamaño es de una fuente redonda.
Tras semejante banquete no había sitio para postres así que
pasamos directamente a los cafés y chupitos, a los cuales fuimos invitados. De
precio no recuerdo exactamente porque ya hace unas semanas que fuimos, pero
fueron poco más de 60€ si no me equivoco, un precio que teniendo en cuenta el
sitio, la elaboración, la calidad y el tamaño me parece bastante bien.
Se trata de un restaurante para sentarse a la mesa a
disfrutar de buenos platos. Evidentemente no es para ir a picar o tapear algo.
Durante la estancia puede observar que servía a otras mesas unas mariscadas
también de un tamaño generoso y abundante y el menú degustación también tenía
buena pinta.
El trato también es algo a destacar, el personal es muy
amable y se molestan en conversar contigo, preocupándose porque todo sea de tu
agrado.
Os recomiendo altamente este restaurante. Para más información
aquí os dejo su página web: www.oasador.com
Un saludo a todos.
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