Para quedar con una persona que
no es de Ferrol, a la que hace 10 años que no ves y por la que tienes un cariño
especial por la importancia que tuvo para mi desarrollo profesional, un almuerzo
de trabajo es una ocasión estupenda para recordar viejos tiempos, hablar del
presente y proyectos futuros.
Como teníamos un acto en el
centro, opté por O Camiño do Inglés; decidimos de forma rápida que comer,
descartamos aquellos platos que pudiesen ser “más pesados” y optamos en primer
lugar por un Sashimi (carpaccio de pescado) con un buen sabor. Aprovechamos un
repaso rápido de lo que había sucedido en esa década de ausencia, desarrollo
profesional, crisis económica, familia, …
Llegó el segundo plato, para mí
el más delicioso, kebab de pulpo, lo degustamos con calma, disfrutándolo y
centramos la conversación en los proyectos actuales y en la figura del Interim
Manager, algo para lo que estamos diseñados desde el inicio de nuestra actividad
laboral, que consiste básicamente en dirigir el desarrollo y ejecución de
proyectos que tienen un inicio y final concreto.
El último plato salado fue el
rajo de cerdo ibérico, con una presentación y sabor como veis en la fotografía
magnífico y que completó la parte del salado. Aprovechamos para centrarnos en el
trabajo que teníamos que hacer por la tarde y dividir las tareas.
La comida la acompañamos con un
vino D.O Rías Baixas en un guiño al origen de la invitada.
Durante el postre, compartimos un
Crema Lourdes, también deliciosa y nos permitimos recrearnos de lleno en una
conversación gastronómica, mi acompañante es una enamorada de la gastronomía y
seguidora del grupo Nove, por lo que pudimos hablar de nuestras experiencias en
algunos de los restaurantes que componen el grupo y los buenos momentos que
vivimos de paso en otras etapas de nuestro pasado laboral común, en el que
también la gastronomía fue un acompañante asiduo.
Como Ferrolano, me siento muy
satisfecho por que O Camiño do Inglés haya servido de marco perfecto a un
almuerzo magnífico y haya demostrado una vez más que nuestra ciudad no tiene
nada que envidiar en la iniciativa privada a otras, siempre habrá gente
dispuesta a trabajar, innovar y hacernos mejores.
Finalmente y aunque venga ya
fuera del contexto anterior, señalar que el acto profesional celebrado por la
tarde fue un éxito de participación, contenidos y organización. Sin duda la
buena mesa y compañía inciden de forma exponencial en una mejora en la
productividad y la capacidad de trabajo.
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